miércoles, 15 de febrero de 2017

#historiasdeamor

#historiasdeamor

Lujuria
Empezó a excitarse cuando notó que le acariciaban sus partes más sensibles y con exquisito amor lamieron sus dulces néctares. Una infinidad de deliciosas sensaciones recorrieron su delicada flor. Sus estambres impregnaron de fértil polen las patitas de la abeja. A poca distancia, otra flor esperaba que el polen le fertilizase el gineceo. En ese momento el fruto empezaría a desarrollarse y un nuevo pepino llegaría al mundo.  Y es que, las flores del pepino son muy lascivas.