Alcibiades, político griego sobrino de Pericles,era
considerado un genial estratega. Sucedió que cierto día el mencionado no tuvo
mejor idea que la de cortar el rabo a su perro. Alguien debió preguntarle los
motivos de haber dejado rabón al pobre chucho. El otro, antes de contestar se rascó
la barbilla, se ajustó la túnica y repuso:
—Mientras hablan del rabo del perro no hablan de otras cosas.
Pues eso, que la diputada Carolina Bescansa, con su gesto,
ha desviado el foco de atención mediática. Alguien debería estarle agradecido.
¿Verdad señor Gómez de la Serna?